Sin pies ni cabeza dejo brotar mis sentimientos, sin que nada se interponga, me rindo violentamente y sin cuidado, me dejo llevar sin reparar en olvidos y creaciones mentales, soborno al perdón para que desaparezca y mendigo más espacio.
Ya sin vasos desato mi ira en cuidadosas marionetas, detalladas marionetas, marionetas que me hablan y me recuerdan todo lo que en mi hay.
Ya sin vasos perfumo con sangre y puñales, vudúes muñecos, ancestrales rituales que tranquilizan mis horas.
Sin pensarlo convido odio a quien se atreva a tener algo tuyo, tu nariz, tu pelo, tu mirada, tu nombre, todo de vos…nada tuyo.
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