Recordatorio:
Mi odio no tiene límites,
no entiende de formas,
ni espacios, ni tiempo.
Mi odio es incondicional
es absoluto y contundente
y se extiende sin fronteras que lo frenen.
Mi odio es entregado en cada beso,
en cada sonrisa,
me ayuda a respirar, a sentir,
a despertar cada mañana,
me cobija y me atiende.
Mi odio es mío, es mi empresa,
me sostiene, me empuja en el extremo
y me atrapa en la caída.
Es enérgico y poderoso.
Mi odio eres tú.
Son tus pulmones llenándose de aire,
tus carcajadas y tus instantes de placer.
Mi odio es tu triunfo,
tus buenas sensaciones,
tus sueños y creencias.
Mi odio te atraviesa,
te busca, te exige y te reta.
Te acecha y te observa.
te espera impaciente.
Mi odio es tu ser.
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